
Las Doce Tribus - Una Vida Tribal
Somos un pueblo formado por doce tribus. La gente que te encontrarás en nuestra comunidad es parte de un pueblo tribal. Nuestra vida se expresa en la vida comunitaria. Nos gusta trabajar juntos en tareas agrícolas, o en pequeñas industrias caseras, danzamos juntos y tocamos música, construimos, educamos a nuestros hijos en casa y cuidamos unos de otros. Nuestro deseo es vivir de una manera lo más natural posible, amando la naturaleza, y sobre todo, a las personas. Nuestra visión de futuro no es crear sólo un estilo de vida, sino llegar a ser una nación ~ Israel, una nación formada por doce tribus. Queremos ser parte de la restauración de todas las cosas, de la que Dios habló a través de sus profetas.
Somos un pueblo formado por doce tribus. La gente que te encontrarás en nuestra comunidad es parte de un pueblo tribal. Nuestra vida se expresa en la vida comunitaria. Nos gusta trabajar juntos en tareas agrícolas, o en pequeñas industrias caseras, danzamos juntos y tocamos música, construimos, educamos a nuestros hijos en casa y cuidamos unos de otros. Nuestro deseo es vivir de una manera lo más natural posible, amando la naturaleza, y sobre todo, a las personas. Nuestra visión de futuro no es crear sólo un estilo de vida, sino llegar a ser una nación ~ Israel, una nación formada por doce tribus. Queremos ser parte de la restauración de todas las cosas, de la que Dios habló a través de sus profetas.
Una TRIBU está compuesta por grupos de familias que viven juntas en clanes, unidos con un ancestro común. Creemos en el Dios de Israel y seguimos los pasos de un hombre que tuvo fe, y cuyo corazón ardía con pasión por algo más que lo que veía a su alrededor. Dejó atrás la mentalidad confinada y alienada de la sociedad en que vivía, con la esperanza de encontrar un nuevo comienzo. Tenía esperanza de empezar un nuevo pueblo, donde las personas estuviesen reconectadas a su Creador y entre sí. Su nombre era Abraham. La mayoría de la gente le conoce como el padre de la nación de Israel.
Otras opiniones
En San Sebastián hay una tribu misteriosa que vive en una granja en lo alto del monte Ulía. Es el santuario de Las Doce Tribus en España, una organización espiritual cuyos miembros tratan de vivir al estilo de los primeros discípulos del Mesías. Dicen practicar la hospitalidad y hacen gala de ser acogedores y tener siempre los brazos abiertos para recibir visitas. Sin embargo, cierran las puertas a los periodistas.
Los niños trabajan en el campo, las niñas cosen; todos conservan la "virginidad moral"
"No queremos hablar con la prensa. No nos importa lo que se diga de nosotros. Si alguien quiere conocernos, puede consultar nuestras publicaciones". Ahí termina el testimonio de un miembro de la comunidad de San Sebastián que ni siquiera se presta a facilitar su nombre. Tiene la barba poblada, una melena recogida que le cae por la espalda y lleva una cinta de cuero encajada en la frente.
Es mediodía en este paradisíaco lugar de San Sebastián. La mansión-granja de Las Doce Tribus se alza en la cima del monte Ulía, un enclave muy apartado de la urbe -apenas hay vecinos en su entorno, sólo una sidrería y una ikastola- y desde el que se puede divisar el Cantábrico. "Es un tesoro escondido en el campo donde podemos vivir en paz", dicen sus ocupantes. El joven barbudo se dispone en ese momento a abandonar la casa en una furgoneta Mercedes. Un compañero suyo corta troncos con una sierra eléctrica y varios niños corretean por el campo mientras en el interior comienzan los preparativos para celebrar, como hacen todos los viernes por la noche, la fiesta del shabbat.
Viven despegados de la realidad y aparentemente al margen de la investigación que se ha iniciado en Francia contra este grupo que se niega a escolarizar a sus hijos y que algunos califican como una secta. "Somos gente sencilla, solteros y familias con niños, grandes y pequeños que convivimos en armonía y unidad, en un ambiente de orden, respeto y calor humano", aseguran sus integrantes.
"Yo caí atrapado por Las Doce Tribus. Les conocí cuando vendían sus productos en una feria en un pueblo de Guipúzcoa. Fueron tan amables, tan generosos... Parecían gente muy buena. Nos regalaron unas galletas y un folleto suyo. A los pocos días ya estábamos viviendo en la casa de Ulía. Fuimos aceptados por la comunidad y nos bautizamos por inmersión, como antiguamente". Así comenzó la nueva vida de Nejmad, un ex miembro de la tribu. Es una identidad ficticia, porque no quiere ser descubierto por la organización, y está en hebreo, porque dentro del grupo todos toman un nombre en esta lengua.
El relato de sus más de cinco años dentro de esta comunidad es un rosario de arrepentimientos que siempre terminan con la misma exclamación: "¡Cómo pude caer yo ahí!".
"Es una secta en toda regla porque se aliena a las personas. Allí no tienes libertad de expresión, estás sometido las 24 horas del día y no puedes cuestionar nada. Se vive una especie de hipnosis colectiva que te lleva a perder la capacidad de tomar decisiones", asegura Nejmad.
La comunidad de Las Doce Tribus está repartida por todo el mundo. Tiene sedes en Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Alemania, Reino Unido, Francia y Australia. Su presencia en España se reduce a las casas rurales que poseen en San Sebastián e Irún (Guipúzcoa), donde conviven 25 y 60 personas, respectivamente, según el testimonio de dos personas que estuvieron dentro.
Sus adeptos no ven la televisión, tampoco escuchan la radio, ni leen los periódicos. Su contacto con el exterior es mínimo. La exquisitez en el trato es su seña de identidad. Su modelo de vida está inspirado en el Levítico, uno de los libros del Antiguo Testamento. Son afectos a la tradición judía y tratan de seguir el estilo de vida tribal de los primeros creyentes, incluso en el tipo de vestimenta que emplean. Trabajan de sol a sol, practican ellos mismos la circuncisión y no llevan a sus hijos a la escuela. Son educados en casa.
Sus miembros tienen una explicación al respecto: "Sacamos a los niños de la escuela para enseñarles en casa, porque nos dimos cuenta de que todo lo que estábamos haciendo iba a resultar en vano si dejábamos que nuestros niños fueran influenciados por la falta de respeto y la inmoralidad del mundo". En sus comunidades "no entra nada extraño o sucio que pueda contaminarla; se mantiene pura".
Los niños trabajan con sus padres en el campo y las niñas se afanan en la costura. Aprenden en familia a escribir y a leer, las reglas básicas de las matemáticas, tratando siempre de conservar intacta la "virginidad moral" de los menores. Estos, según el testimonio de las personas que han convivido en la tribu, son azotados con una varita de madera en la mano o en las nalgas por desobedecer o faltarle el respeto a sus padres. El Departamento de Educación del Gobierno vasco asegura que no es su cometido "controlar a esta gente", puesto que se trata de un "número reducido de personas que hoy está aquí y mañana en otro punto de España o del mundo". Las autoridades educativas consideran "imposible" introducir a este grupo en el sistema educativo por "su nula disposición a integrarse en la sociedad". Un portavoz de la consejería lo expresa así: "¿Se podrían tomar cartas en el asunto? Sí, pero..."
Yadid tampoco es el nombre verdadero de otro antiguo integrante de Las Doce Tribus que huyó de San Sebastián hace casi dos años: "Cuando pasas a ser miembro, abandonas lo que ellos denominan el hombre viejo. En ese momento, renuncias a todas tus propiedades y a cualquier contacto con tu familia y tus amistades. Poco a poco te sumergen en su ideología hasta que consiguen reprogramar tu mente. Te vas impregnando de su forma de vida y desarrollas una pseudo personalidad que te lleva incluso a pensar y actuar sin libertad. El funcionamiento interno responde perfectamente al arquetipo de una secta. Ellos insisten en que son una hermandad, pero hay una jerarquía perfectamente establecida".
Bajo la apariencia de una vida idílica, en la que predomina el gusto por la ecología, los alimentos biológicos, el autoabastecimiento y la espiritualidad, se esconde "un entramado sutilmente diseñado para anular a la persona", asegura Yadid.
"La malicia, la envidia y las revanchas son ajenas a nuestra forma de vida", dicen en los textos que manejan en Las Doce Tribus. En su idílico paraje de San Sebastián han creado una industria casera a base de cultivar productos de la huerta y realizar piezas de artesanía que luego comercializan en un establecimiento, denominado Sentido Común, que regentan en la Parte Vieja de la ciudad.
Ocultan el número de personas que viven en esta comunidad. Tienen poco trato con los vecinos: "Son pacíficos y nunca nos han creado ningún problema", dice una mujer que vive en una casa próxima. La Guardia Municipal no tiene constancia de que hayan causado ningún incidente. La Fiscalía de San Sebastián no ha recibido ninguna denuncia, ni hay actuación alguna contra sus miembros por negarse a escolarizar a los niños o por practicar la circuncisión, informa el fiscal jefe de la Audiencia provincial, Jaime Goyena.
Mas opiniones
Hoy he visto en las noticias un reportaje sobre la comunidad Las Doce Tribus, gente que vive en la montaña esperando al Mesías, apartados del mundanal ruido. El nombre proviene de Las Doce Tribus de Israel, y existen comunidades por todo el mundo. En España están en el País Vasco, repartidos en dos comunidades, una cerca de Irún, y la otra en San Sebastián, en el monte Ulía. No tienen televisión y no llevan a sus hijos al colegio, eso sí, los niños se pasan el tiempo leyendo La Biblia. Tienen página Web, e incluso ofrecen en ella sus publicaciones, por lo que supongo que algún ordenador deben tener. Ellos dicen que no son una secta, pero lo cierto es que sus costumbres hacen pensar lo contrario. Según algunos testimonios de ex-Doce Tribus, te hacen donar todas tus pertenencias a la comunidad, te mantienen apartado del mundo, sin dejarte opinar, y en un estado de hipnosis permanente, o dicho en otras palabras: te comen el tarro. Lo cierto es que aquí en España no han causado ningún problema que se sepa, aunque en Francia les han acusado de no atender demasiado bien a sus hijos. También ha dicho el ex-miembro que ha hablado en televisión que a los niños, si se portan mal, les pegan en el culo con una vara. Sean o no una secta, y admitiendo que el mundo no es todo lo perfecto que podría ser, sino más bien todo lo contrario, se me hace muy difícil entender la opción de estas personas, sobre todo por sus hijos, y por su responsabilidad como padres
Otra visión distinta-
Hace una par de años me pasó algo que podría haber cambiado mi vida, de no ser que me crié en un colegio de monjas y luego uno de curas, cosa que causó me repulsión total por la religión (aunque estoy planteándome volver a creer DIOS).Bueno, entonces yo estaba en Toulouse (Francia), y me dirigía a un festival que se llama RIO LOCO, el cual se hace en el área metropolitana al lado del rió Garonne.
El festival en cuestión cada año está dedicado a un país, y ese año era Senegal. Cuando estaba ya introduciéndome por la muchedumbre para intentar colarme, vi. a lo lejos dos barbudos con melenas y ropa artesana, parecía que venían de Woodstock, y cuando pasaron por al lado mía me dieron un panfleto. Yo les observé antes que me lo dieran y después, y pude comprobar que no se lo dieron a nadie más, sólo a mi, cosa que me hizo sentirme especial (llamarme gilipollas, pero el ser humano es así). Lo hojee y hablaban de ecología, de no materialismo, en fin, de cosas que suelen atraer a muchas personas hoy día, por lo que decidí conservarlo. Al cabo de unas horas, fui a cenar y volví a sacar el folleto para leerlo, me lo leí casi entero, y cuando llegué al final me di cuenta de que hablaban demasiado de religión y que había salido más de tres veces la cara del mismo tío, el cabecilla, un tal Guillaume.
Realmente pensé en ir, decían, “ven a vernos un día, una semana o el tiempo que quieras” menos mal que estaba allí Helena, que me quitó el panfleto y me dijo que me bebiera una cerveza.Ya con la cabeza asentada, he bicheado varias veces la pagina del grupo español, poseen tiendas de productos naturales, una empresa de carpintería, y una imprenta. En España los puedes encontrar en el país vasco y en Andalucía (particularmente me iría a la de Andalucía, que está en Mijas, muy cerca de la playa). Aunque si lo preferís, podéis elegir, Australia, California, Argentina…Los contras, no hay contacto con el mundo exterior, ni radio, ni prensa, ni tele..por lo que ni mucho menos Internet, además te hacen la circuncisión. Si eres hombre trabajaras en el campo o en la carpintería, si eres mujer coserás y cocinarás..
1 comentario:
creo que hay personas muchisimo mas peligrosas sueltas por el mundo , mientras estas personas intenten imitar a Jesucristo
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